| Hola, ¿qué tal? Esta semana en Ideas redescubrimos a una figura clave que trabajó en esta casa: Javier Pradera, editor y periodista fallecido hace una década cuya herencia cultural sigue vigente. También entrevistamos a Manuela Carmena, la exalcaldesa de Madrid, que insiste en pedir una política de menos broncas, más cercana a la gente. Reflexionamos sobre cómo cada vez somos más nuestros con los ritmos de comunicación con los demás (y en particular, los mileniales, que usan mucho los audios enviados por móvil) y sobre si la filosofía, como disciplina académica, y como visión del mundo, está en peligro o simplemente en periodo de hibernación. Esperamos que os guste. Por Raquel Seco
UN NOMBRE "Fue un nómada del pensamiento y el análisis, impulsado no por uno u otro oficio, sino por la codicia de saber y entender, de atrapar las cosas en sus vertientes más secretas, aunque fuesen inverosímiles, y sin miedo a romper el guion". Lo escribe Jordi Gracia, biógrafo de Javier Pradera (y hoy subdirector de Opinión en EL PAÍS), a los diez años de la muerte del intelectual. Lo de "nómada del pensamiento" se traduce en algunos episodios curiosos: Pradera escapó del ambiente franquista de su crianza (y explicó su atractivo en La mitología falangista), fue comunista durante 15 años y abandonó esta militancia a finales de los sesenta. Hoy, de Pradera queda —además de ensayos todavía actuales como Corrupción y política. Los costes de la democracia— una herencia cultural en permanente evolución, asegura Gracia: "A lo largo de la última década, su figura ha crecido. En la distancia larga, como inteligencia independiente en un pasado abstruso. En la distancia corta, ha mutado como ensayista central de la cultura contemporánea". Pradera firmó, en total, más de 2.000 artículos en EL PAÍS. Aquí puedes leer el primero, de mayo de 1976 (Vestir al desnudo) y el último, publicado el mismo día de su muerte, de noviembre de 2011 (Al borde del abismo).
UNA FRASE "El feminismo ha transformado la sociedad sin partidos políticos ni violencia"
Manuela Carmena tiene cosas que decir sobre la política española de hoy. La exalcaldesa de Madrid, jueza jubilada, publica un libro titulado La joven política. Un alegato por la tolerancia y crítico con los partidos en el que mantiene su talante optimista y su afán por acercar a la gente a la política (¿recordáis las magdalenas?), pero también comparte reflexiones amargas. Algunas de las de esta entrevista de Xosé Hermida: "Nunca pensé que fuese tan difícil ejercer el poder"; "La política está preparada para dificultar lo máximo posible el trabajo del Ejecutivo"; "La judicatura está absolutamente desligada de la realidad". Pero también hay espacio para las respuestas más positivas: P. ¿Conoce a Yolanda Díaz? ¿Qué le parece la plataforma que impulsa? R. No la conozco, pero la impresión que tengo es muy buena. El feminismo ha conseguido transformar la sociedad sin partidos y sin usar la violencia. Sería importante insertar feminismo de verdad en la política. Incorporar a gente corriente que no está vinculada a ningunas siglas es interesante, aunque difícil de articular. Lo bueno de una plataforma así sería que señalase unos objetivos y aceptase a personas que se sientan vinculadas sin necesidad de que tengan un etiquetamiento de calidad en la izquierda política.
UNA TENDENCIA No nos gusta hablar por teléfono (uso la primera del plural, porque a mí, como milenial, me sudan las manos con el sonido del móvil). Siete de cada diez personas de esta generación evitan las llamadas, y a la inmensa mayoría le da ansiedad hacerlas o recibirlas, según un estudio de una empresa de móviles de 2018. Noelia Ramírez analiza esta semana en Ideas qué se esconde detrás de esta fobia al ring, ring: superados por un ritmo vital frenético, queremos (necesitamos) manejar los tiempos. Antes de que mi generación sea acusada una vez más de "delicada", nos da la razón la ciencia: el estrés hace que no queramos ponernos al aparato. Este reportaje tiene otros datos interesantes: TikTok ha generalizado el uso de sonidos robóticos y la sincronización labial. Es poco habitual ver a los grandes influencers usar su voz de verdad. Una muy buena estudiosa de la cultura visual, Lauren Collee, concluyó en un ensayo en la revista Real Life que, puesto que nuestra voz es la marca de nuestra singularidad humana frente a lo digital, esta práctica "constituye un pequeño intento de retener algo del 'yo puro', o el alma, un núcleo 'incorrupto' por la mediación tecnológica".
UNA ASIGNATURA "Nunca ha habido más filosofía que hoy en día. Lo único es que ha caído, de nuevo, en las manos de los poderosos, que parecen ser los únicos en darse cuenta de su utilidad, pues, gracias a ella, su dominio se ha vuelto invisible e íntimo, casi religioso", escribe el ensayista Bernat Castany. A los poderosos les conviene, asegura, que sigamos considerando que es una disciplina arcaica y, en la práctica, inútil. Castany tiene un remedio: "Necesitamos tomar conciencia de los modos 'filosóficos' con los que el poder nos domina, y asumir que no es la filosofía la que debe ser salvada, sino que somos nosotros los que debemos salvarnos por la filosofía".
UN PERFIL "Dicen que soy extremo. ¿Extremo en qué? En amar la patria. En amar la nación y los símbolos patrios. En defender a los amigos. En proteger al emprendedor. ¿En qué soy extremo?", repite en Chile José Antonio Kast. El candidato de extrema derecha trata hoy, domingo, de pasar a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del país sudamericano. Y, aunque no le gusta el calificativo de "extremo", lo cierto es que Kast, entre otras cosas, no ha rechazado la dictadura de Pinochet, propone derogar la ley del aborto en tres supuestos, rechaza el matrimonio homosexual y ofrece incentivos económicos a las parejas (heterosexuales) casadas. Los sondeos dicen que es probable que Kast acabe compitiendo en las elecciones del 19 de diciembre, pero su ascenso ha sido toda una sorpresa: empezó la campaña sin grandes esperanzas. Su candidatura es producto de una época de polarización en Chile, dos años después de un gran estallido social.
Más ideas…. Enric González tiene palabras duras para quien rechaza la vacuna contra el coronavirus: "No se puede obligar a nadie a vacunarse. Eso es tan estúpido como prohibir el suicidio. Sí se puede, y en mi opinión se debe, restringir las libertades de los individuos no vacunados. Ya sé que resulta prosaico invocar a la Dirección General de Tráfico, pero ahí estamos. Vacunados y no vacunados pueden contagiarse y contagiar, igual que la persona más sobria y prudente puede atropellar accidentalmente a alguien. Ocurre que los no vacunados y los borrachos al volante resultan mucho más dañinos". Soledad Gallego Díaz escribe sobre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez: "Necesitarán oficio para hacer el trozo de camino que queda lo bastante juntos y lo bastante alejados como para marcar sus perfiles sin demasiado destrozo ni en su entorno (Sánchez ya ha producido bastantes agravios entre su gente y Díaz puede enfrentarse a bastante escozor entre los suyos) ni en el del obligado aliado poselectoral. El mayor peligro para Sánchez, sin embargo, no parece la solidez que logre la plataforma de Díaz, sino su demostrada capacidad para sabotear sus propios éxitos, sobreactuando o creando expectativas que no pueda cumplir". Gracias por leernos, una semana más. |
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