Abolir (la criminalización de) la prostitución

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Miércoles, 17 de noviembre de 2021

Pablo Ximénez de Sandoval

Abolir (la criminalización de) la prostitución

Fue hace justo un mes, en el congreso del PSOE, cuando el presidente Pedro Sánchez decidió anunciar que entre las prioridades de la legislatura está la abolición de la prostitución. Lo dijo en la misma frase en la que prometió poner "punto y final" a la ley mordaza y la reforma laboral, así que cabe un sano escepticismo. Pero el caso es que Sánchez puso en el centro del debate político un asunto que no suele traspasar el ámbito del feminismo y, con la palabra "abolición", tomaba partido por un enfoque concreto en un problema humano enormemente complejo y en el que los matices lo son todo. La autora feminista y excargo de Podemos Clara Serra escribe hoy una tribuna en la que discute el enfoque de represión penal de la prostitución y su entorno, como está haciendo parte de la izquierda.

"La propuesta del Gobierno de coalición está siendo contestada por distintos colectivos de trabajadoras sexuales. Señalan que esta manera de legislar implicará una criminalización de su propia actividad y las abocará a condiciones de mayor invisibilidad, clandestinidad, desprotección institucional y vulnerabilidad", explica Serra. En su texto pide empezar la búsqueda de soluciones por otro lado, especialmente en la desprotección de las mujeres inmigrantes: "Cualquier intento de combatir la trata o la prostitución forzosa debe dirigirse, en primer lugar, hacia las leyes de extranjería y las políticas migratorias de nuestros Estados, que son las que justamente ponen en marcha la maquinaria del negocio del tráfico y la explotación sexual y laboral de muchas personas migrantes".

Ampliando la reflexión, Serra escribe que la propuesta busca el cambio social a través de la criminalización, una tendencia importada de Estados Unidos y que parece estar abrazando la izquierda: "Incorpora una preocupante renuncia por las políticas sociales y económicas que en otro tiempo fueron la agenda irrenunciable de las izquierdas y las sustituye por promesas de paz y seguridad a través del derecho penal".

Antes de ampliar el debate, échele un vistazo a este reportaje de Pilar Álvarez con prostitutas en Madrid, porque viene bien recordar de qué estamos hablando. Y, en general, siga a Pilar Álvarez, que es la corresponsal de EL PAÍS para temas de género.

Desde antes de que Sánchez hiciera aquel anuncio, hemos venido publicando distintos puntos de vista sobre este tema:

Najat El Hachmi escribió en Abolir la esclavitud: "Los seres humanos no son bienes de consumo, no se compran y se venden, lo que se compra y se vende es su explotación, sometimiento y tortura".

Fernando Savater comentó la propuesta en su columna Deseos: "Muy pocos se oponen a castigar el proxenetismo que secuestra, extorsiona y obliga a las mujeres a prostituirse".

Daniel Gascón cuestionó algunas cifras del debate en Datos, citas y trampas: "Lo peor es cuando los datos falsos o mal comprendidos se aplican a problemas reales y causas razonables".

Luz Sánchez-Mellado pidió que se use más a menudo la palabra putero, así, Pu-te-ros: "La RAE, al definirla, dice que es una palabra malsonante y despectiva. Quizá por eso no les gusta a los señores".

EL PAÍS publicó su opinión en un editorial titulado Regular la abolición: "Lo que no puede hacer es seguir fingiendo que el problema no existe".

Y estas son otras propuestas de lecturas de Opinión de este miércoles:

EDITORIALES

La CUP y la vieja política

La negociación de los tres diputados que necesita Aragonès activa prácticas muy antiguas en la joven formación política

Diálogo necesario en Argentina

Las elecciones han mostrado la debilidad del Gobierno peronista y han impulsado al presidente Fernández a buscar salidas del atolladero tendiendo la mano a la oposición

TRIBUNAS

Políticas rápidas y baratas contra la prostitución

Clara Serra escribe sobre la prostitución y advierte contra la promesa del Gobierno de acabar con esta práctica a través de medidas penales: "Este tipo de medidas ha supuesto que sean las mujeres y sus entornos familiares o personales —compañeras, parejas o hijos— quienes acaben perseguidos por el sistema penal".

La memoria heredada de la guerra

El catedrático de literatura José Jurado Morales escribe sobre la Guerra Civil en la obra de poetas que no la vivieron, y cómo nos formamos una idea de la guerra a través de recuerdos y emociones heredados de otros. "Junto al relato familiar de un episodio determinado, se erige el deseo de entender al padre, de conjeturar en qué piensa al marchar al frente y qué siente a la vuelta. Persiste el afán de empatizar con sus emociones. Los héroes no combaten, lo hacen seres humanos".

NUESTRAS FIRMAS

El origen como negocio

Hay gente en 'Los Soprano' empeñando su vida y su honor por una tierra que no conocieron ni sus abuelos. Por Manuel Jabois

Estrellas en Glasgow, objetivos en Brasil

Si la protección de los pueblos de la Amazonia no va más rápido que los acuerdos, la selva llegará al punto sin retorno. Por Eliane Brum

La lengua materna

Siento por el castellano un afecto parecido al que me inspiran los cocidos de mi madre, pero prefiero los cocidos, porque sé que un día acabarán. Por Sergio del Molino

El mal

¿Cuántas toneladas de autoayuda y mindfulness hemos tragado para engendrar esa necesidad maníaca de encontrarle a todo una enseñanza? El dolor, a veces, es simplemente dolor. Por Leila Guerriero

Todo el mundo tiene un ex

C. Tangana y Rosalía, Taylor Swift y Jake Gyllenhall. ¿Por qué fascina tanto interpretar los mensajes entre antiguas parejas? Por Sofía Ruiz de Velasco

CARTAS A LA DIRECTORA

Ángel Villegas Bravo, de Madrid, escribe sobre las dificultades para conseguir cita en los centros de salud de la ciudad, un tema bastante habitual: "Casi cien metros antes de llegar al centro de salud ya se divisaban dos colas de gente, de considerable longitud. Este ha sido mi primer atisbo de lo que es la libertad. Luego he tenido que esperar, en la calle, de pie, media hora larga para vacunarme y luego, volver a salir y hacer otra media hora de cola para acceder a la persona que daba las citas para el médico".

La dirección para escribir en esta sección es cartasdirectora@elpais.es

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